07 Feb Transparencia y criptomonedas al servicio del gol
Los más de 200 millones de euros que el Paris Saint-Germain pagó por el brasileño Neymar Jr. bastarían para comprar un cuadro de Paul Cézanne o volver a reconstruir el oriente de Mosul, la ciudad siria reducida a cenizas por la guerra. ¿Sorprendente no? Y eso que solo estamos hablando del fichaje de un solo jugador.
El fútbol, que para los nostálgicos siempre ha sido una pasión, una forma de relacionarse y de compartir una cerveza, hace tiempo que se convirtió en el gran negocio del siglo. La industria del fútbol (televisiones, mercado…) mueve cada año alrededor de 500.000 millones de euros, una cifra que suele aumentar cuando coincide con la celebración del Mundial de Fútbol o la Eurocopa.
Todo ese dinero y la opacidad que siempre se le ha achacado a la gestión en el mundo de fútbol podrían tener los días contados. La tecnología Blockchain permitiría precisamente poder comprobar el recorrido de esas astronómicas cifras de una forma transparente. No en vano, equipos como el PSG o la Juventus de Turín ya tienen su propia criptomoneda.
FIDELIZACIÓN Y FIN DE LA REVENTA
Asimismo, las entradas para ver los partidos o los carnets que los clubes expiden para sus socios podrían también desaparecer. Los expertos señalan el año 2020 como el del salto tecnológico para la sociedad, y el mundo del deporte no se quedará atrás. La tecnología blockchain ha venido también a revolucionar la relación entre clubes y aficionados.
Volviendo al ejemplo antes citado del París Saint-Germain (PSG) y de la Juventus de Turín, ambos equipos han sido de los primeros en crear su propio token, con el fin de mejorar la relación con su masa social gracias a una gran base de datos.
Pero los usos que puede ofrecer el Blockchain al mundo de deporte no se quedan ahí. Entre otras cosas, serviría para acabar con la reventa de entradas en los grandes eventos deportivos, algo que además está penado por la ley. Asimismo, sería una maravillosa herramienta de medición para conocer el grado de fidelización de los aficionados con su equipo, y sobra decir que acabaría con los supuestos amaños en los sorteos de las grandes competiciones.
Quizá la tecnología blockchain pueda volver a conseguir que el fútbol, que no deja de ser un deporte, un espectáculo para millones de personas, despeje todas las dudas y las sombras de corrupción que le rodean para que pueda volver a ser simplemente ese deporte rey en el que, el ganador, es sencillamente el que más goles marca.
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